En las ciudades, la imprevisibilidad afecta el comportamiento de sus ciudadanos, en sociedades como la nuestra mucho mas. A pesar que lo que pasará mañana me interesa, aunque lo bueno es que no soy capaz de preverlo en su totalidad, tan sólo tengo una herramienta que es trabajar hoy por ese mañana.
Muchas veces no entendemos nuestras reacciones frente a un suceso determinado, buscamos una explicación, aunque casi siempre encontramos argumentos parciales, fermentados y peor aun engañosos. Lo que me atrae del humano es que navegamos entre nuestro consciente e inconsciente, eso me agrada mucho y me tranquiliza, ya que soy como esos arrieros de ganado que lucha con esas cosas impredecibles tanto de los propios avatares de la naturaleza como de esas particularidades del atajo. Aunque estoy consciente que soy ese arriero que asume sus decisiones a causa de lo indecidible que limita muy poco mi responsabilidad, menos como Ciudadano.
Mi inconsciente en realidad, no me asusta como desde luego no me asustan ya todos esos otros que me agreden, me contradicen, me tienden celadas, me ayudan, me aman, me hacen, me molestan y de quienes hoy y nunca podre prescindir porque soy un humano que vive en una ciudad, aunque esta agoniza como gran parte de mi patria.